Nombre científico: Lampropeltis triangulum ssp.
Nombre común: Falsa Coral.
Familia: Colubridae.

Procedencia: Desde el sur de Canadá hasta Colombia.
Biotopo: Especie muy adaptable. Des de praderas a zonas desérticas y desde bosques a zonas de cultivo.
Esperanza de vida: Con sus correctos cuidados unos 15 años.
Tamaño: Entre 80 y 180cm dependiendo de la subespecie. Las campbelli son las más pequeñas, y las hondurensis las de mayor tamaño.


Descripción: Serpientes delgadas y esbeltas. Poseen una cabeza ovalada y algo puntiaguda al morro. Su cuerpo es bandeado a colores rojo, negro y amarillo... El amarillo puede variar des de tonos muy vivos o pasteles (a veces casi blancos) a tonos más anaranjados. El rojo suele ser más vivo en las sinaloae.

Comportamiento: De pequeñas pueden mostrar algún tipo de agresividad, que es fácilmente corregible con la manipulación. De adultas, todo y ser animales nerviosos, son respetuosas con su cuidador y si están bien acostumbradas no mostraran problemas al ser manipuladas por otra gente, siempre y cuando se las trate correctamente.

Terrario: Mínimo 90x40x40 en ejemplares como sinaloae o campbelli y subiendo a mínimos de 100x45x45 para subespecies como hondurensis.
Cabe destacar que al ser serpientes movidas nunca despreciaran una mayor superficie.
No despreciaran alguna rama baja o troncos de suelo, muy útiles para iniciar la muda. Son buenos los escondites, a ser posible uno en la zona fría y otro en la caliente.
También sería bueno disponer de un recipiente con agua donde la serpiente pueda meterse entera y salir sin problemas.
Cabe destacar que en estas serpientes no se deben usar accesorios tales como fuentes o cascadas, ya que ha habido casos de ejemplares curiosos que se metieron por los conductos y murieron ahogados.
Necesitan fotoperiodos de 10/12 horas.
El sustrato más higiénico es el papel de periódico o cocina, pero este da una apariencia muy pobre al terrario, por lo que se recomienda fibra de coco, que ayudara a mantener la humedad, o virutas de pino.

Mantenimiento: Fácil. Solo puede haber problemas con algunas crías ligeramente agresivas, pero este comportamiento se corrige fácilmente con la manipulación.

Temperatura: Diurna: Entre 26 y 32ºC para la mayoría de subespecies. Las hondurensis piden un menor rango, de entre 28 y 30ºC. A ser posible se debería disponer de una zona más fría, donde se bajasen unos 3ºC la temperatura general.
Nocturna: Entre 21 y 24ºC para sinaloae y campbelli. Las hondurensis soportan temperaturas algo menores, y es recomendable bajarla a cerca de 20ºC.

Humedad: 60/70%

Alimentación: Los ejemplares juveniles se alimentaran con pinkies de ratón y a medida que vayan creciendo se pasara lo más rápido posible a ratones con pelo. Al ser adultas las alimentaremos con ratones de acuerdo a su peso y tamaño, poniendo siempre como máximo que estos no superen en demasía la parte más gruesa de su cuerpo.
El peso en presa debe ser de aproximadamente el 10 o 15% del de nuestra serpiente.

Diferencias sexuales: Cabe destacar que, a diferencia de los boidos, los machos tienen una longitud superior a las hembras.
Lo mejor para asegurarse del sexo de nuestro ejemplar es mediante sonda o popping.

Cría: Especie ovípara.
Hibernación: Es necesaria, a aproximadamente 13ºC sin luz, durante 2 meses. Después de la hibernación deben alimentarse los ejemplares y dejar que la hembra mude una vez antes de juntarlos.
Cópula: En Primavera. La hembra es la que debe ir al terrario del macho y estos deben separarse inmediatamente después de la inseminación, debidas a las posibles costumbres caníbales de esta especie.
Huevos: La puesta es de entre 5 y 16 huevos.
Incubación: Tenemos que ser muy cuidadosos y no mover los huevos de su posición original a la de la incubadora. La temperatura indicada es de 28/30ºC, con sustrato de vermiculita. Suele durar unos 60/65 días.
Nota: Estos datos son muy básicos y esquemáticos. Para reproducir con buenos resultados a esta especie debemos tener una base solida de información al respecto.

Curiosidades: Entre estas serpientes existe el canibalismo, por lo que NUNCA se deben mantener dos ejemplares juntos.
Sus vivos colores imitan a los de la coral verdadera, una serpiente venenosa, lo que las protege de los depredadores.

Manipulación

Como todos los colúbridos, no se enroscará gentilmente en un brazo al ser manipulada, si no que tomará una dirección y hacia allí irá haciendo todo lo posible por escapar. Aunque poseen relativamente poca masa corporal, son muy fuertes. Siempre hay que sostenerlas del cuerpo, permitiendo libre movimiento a la cabeza. Si ésta fuera hacia donde no queremos que vaya, debemos guiarla suavemente en otra dirección. Por lo general, es recomendable darles tiempo de adaptación y proceder con mucha paciencia y lentitud, evitando los movimientos bruscos.

 

Muda de piel

Cuando se aproxima una muda, los ojos se irán opacando (tornándose a un azulado lechoso) y el color de la piel comenzará a “apagarse” y desarrollar un matiz blancuzco. Ante esta situación, y para asegurar una muda completa y satisfactoria, recomendamos rociar a la serpiente con agua tibia. Si la muda no se realiza durante las siguientes 24 horas, hay que volver a rociar. Si la muda aún no se efectúa conviene consultar a un veterinario de reptiles.